miércoles, 14 de julio de 2010

Inteligencia = Eficiencia cerebral

Varios grupos de investigación repartidos por todo el mundo, tratan de averiguar el origen de la inteligencia. Así mismo tratan de calificar mediante un método científico cuando una persona es más inteligente que otra. Para ello, emplean test psicológicos que se vienen usando desde hace 100 años, pero al mismo tiempo con las técnicas modernas de que disponen, miden la actividad cerebral durante la realización de los mismos.

Una de las primeras conclusiones que se obtienen es que la inteligencia no está tan relacionada con el tamaño del cerebro como se pensaba; es decir, que tener una mayor masa cerebral no implica una mayor inteligencia (aclaración para los jugadores del Brain Training). Otras cosa sería la cantidad de materia gris o materia blanca que poseemos, que si están relacionadas con la inteligencia.

Otra de las conclusiones que arroja este estudio es que la inteligencia está basada en la eficiencia cerebral. ¿Que quiere decir esto? Pues muy sencillo si tú coges a dos personas y las pones a resolver el mismo problema, la persona que use menos actividad cerebral para resolverlo tendrá una mayor eficiencia. Esto quiere decir que no porque te machaques los sesos intentando resolver un problema serás más inteligente, es todo lo contrario, cuanto menos necesites estrujarte la sesera mayor eficiencia y por lo tanto mayor inteligencia.

Por último, resaltar que la eficiencia cerebral si que se consigue trabajando el cerebro. Además hay que señalar que existe predisposición a tener una mayor eficiencia cerebral basada en tres cosas: buena memoria, capacidad de atención y dominio del lenguaje. Tener estas tres cualidades y trabajarlas confieren una mayor eficiencia cerebral y casi se podría decir que mayor inteligencia.


Autor: Un no inteligente.

sábado, 10 de julio de 2010

Las lágrimas de los ratones son afrodisiacas

La revista «National Geographic» se ha hecho eco de un estudio que concluye que las lágrimas de los ratones producen una feromona sexual llamada ESP1. Esta sustancia química sirve para atraer a las hembras de su especie.
El estudio demuestra por primera vez que estas feromonas actúan "a nivel cerebral", según uno de los autores del estudio, Kazushige Touhara. Así, los ratones macho segregan las lágrimas y con ellas cubren todo su cuerpo y su nido. Cuando las hembras tocan a un ratón o acceden a su 'territorio', la ESP1 entra por un órgano nasal llamado vomeronasal, donde la feromona cubre un receptor proteínico.
Es entonces cuando la feromona llega al cerebro de la hembra, cuya probabilidad de sacar adelante las caderas y alzar la cola, propia del apareamiento, crece el triple. Esta postura es muy usual en muchos animales.
Este descubrimiento puede ser de mucha utilidad para controlar la población de ratones. Incluso, el equipo de Touhara ha desarrollado una patente de esta investigación, pues puede servir como una herramienta eficaz para incrementar las labores de apareamiento entre los ratones de laboratorio.

Fuente: ABC.es