martes, 22 de junio de 2010

Atrapados en la cuarta dimensión.

Si bien el genio dijo que el tiempo es relativo y dio varios ejemplos de la vida cotidiana en los que este hecho se pone de manifiesto. Voy a tratar de darles uno más, fruto de mis reflexiones.

Sabemos que si en la noche miramos al cielo y fijamos nuestra atención en una estrella que está situada a 80 años luz de nuestra posición, queda claro que nosotros estaremos viendo como era esa estrella hace 80 años e incluso es posible que esa estrella que vemos ya no exista; por lo tanto, se podría decir que estamos viendo un recuerdo.

Hablamos del espacio-tiempo, de la necesidad de tres coordenadas espaciales y una temporal.

Todo lo que recordamos es fruto de nuestra percepción sensorial, es decir recordamos caras, olores, sabores, emociones…… Supongamos ahora que no vemos, ni hablamos, ni sabemos nada de una persona desde hace un tiempo. Ahora trata de recordar a esa persona. Resulta que ese recuerdo posiblemente está formado por todas las sensaciones que percibías la última vez que compartisteis vuestro espacio y vuestro tiempo; es más, es posible que actualmente incluso compartáis el mismo espacio, es decir que viváis en la misma ciudad, caminéis por las mismas calles, etc. Pero que no lo hagáis al mismo tiempo. Por eso solamente en vuestra mente veis un recuerdo, al igual que pasa con la estrella que veis en la noche.

Imaginarse de nuevo a la persona que hace un tiempo que no veis, y que recordáis de ella que es desagradecida, orgullosa, egoísta…. Un regalito.

Ahora un amigo común de vosotros dos te cuenta que ha visto a esa persona y que está muy cambiada. Que se ha convertido en una persona agradecida, amable y sencilla. Seguramente tu pienses que hasta que no lo veas no te creerás que ha cambiado tanto. Es decir, te estas aferrando a la última imagen espacio-temporal (tu recuerdo) que tienes de esa persona. Hasta que tus sentidos no perciban esa nueva situación en tu espacio-tiempo no podrás generar un nuevo recuerdo más positivo hacia esa persona.

Con esto quiero poner de manifiesto que todas nuestras acciones, lo que proyectamos hacia el exterior, lo que la gente percibe de nosotros queda atrapado en la dimensión temporal o lo que es lo mismo en la cuarta dimensión, generando los recuerdos que tienen de nosotros.

Por todo lo dicho, os invito a que valoréis el tiempo que compartís con otras personas, pues se acaba convirtiendo en la cárcel de lo que creen que somos.


Autor: Soy un máquina porque he escrito to esto sin fumarme na raro, aunque también es cierto que yo al igual que Obelix de pequeño me caí en la marmita.

2 comentarios:

Fundación Marín dijo...

Eres un máquina, o ¿recuerdo que eras un máquina y que ahora has cambiado? Eso sí, para mejor siempre.

Mantecas dijo...

Bien visto